domingo, diciembre 26, 2010

El taxi donde acaba el año, Fantastic y una canción escocesa

"Siempre he tenido miles de momentos en los taxis. Me creo especial por ello, claro que sí, como todos vosotros. Es probable que siempre sea el mismo coche el que mi sedienta confesión coja. Ayer he recorrido miles de kilómetros junto con ese conductor maldito y oportuno, ayer tuve la sensación de final. Vi a varias personas, una evacuando, otras besando, otras en espera, una en soledad, siete en coloquio, trece actuando y varias más sin memoria. Mientras tanto, la radio de mi precaria mentalidad de madurez entona un par de canciones de despedida, “ella” cree que es la  mejor banda sonora. Después empiezo a preguntar a mi alma que cuál es la meta, qué cual es la vía, que cuál es el nombre. También creo que esa chica es superficial, y que no se merece, ni mucho menos, el cariño de mi ecléctica amiga. Son varias creencias las que de repente aparecen en mi. Soy así, no tengo credo, tengo intuición, o al menos eso intuyo. Veo a trescientos chicos con gruesas gafas y sin falta de visión, creo que todos ellos son unos comediantes, me hacen gracia. No podría llegar a determinar cuanto ha durado un año ni cuanto es lo que ha durado mi vida porque no soy capaz de contar ni de sentir el verdadero significado de todo lo que he dejado atrás y delante, izquierda y derecha: todo está por ahí esparcido, sin regla ni ley, y es muy poco probable que mi gastada alma encuentre un orden. Una especie de espíritu Kerouac invade mis ojos y corre un tupido velo de amor, hace que me vuelva melancólica a propósito de mi misma, me vuelve prolijamente sentimental para darme pie a lo moral, a lo ficticio, a lo satisfactorio… a lo cósmico.  Sigo en un taxi moribundo que esta llegando al final de su vida, que me ha visto nacer, vivir y morir, y que se irá conmigo a mis sueños cuando dé un paso en el exterior. Todo lo que deja de pasarme muere. Y es que creo firmemente en que el tiempo sólo me pasa a mi, sin excepción, y creo que todos estos días han sido míos sin explicación. 
Pero todo ese historial intangible es lo que ha quedado sellado en mi alma, y con mis triste ausencia de pesimismo mantengo el recuerdo sin memoria de todo aquello que me ha pasado, que se ha extinguido, que tan sólo guarda un imprescindible sentir y que ha tallado el corazón."  
*Recordatorio de vida, por y gracias a Carmen Espada

*ElcuentodeSophie os desea el mejor año de vuestras vidas, o al menos, 
un par de alas 

lunes, diciembre 20, 2010

Papa Noel, cariño, he sido tan buena como Eartha Kitt

Este es un mensaje de Navidad: Soy una persona típica y regular que rige su vida según horarios, según hábitos, que tengo listas para todo y todos, que vive cumpliendo una serie de normas sociales, políticas, jurídicas, dietéticas, fantasmales y cósmicas. Soy una “tipa” realmente normal, nunca me he roto ningún hueso, he tenido todas las enfermedades que se deben tener durante la infancia, he tenido mascotas, varios amigos imaginarios, una casa con un gran patio, domingos familiares, hermanos y padres que me han malcriado de manera majestuosa. Soy uno de esos seres que lee lo política y literariamente establecido, correcto, que opina de todo, que analiza las cosas y las estructuras, que ve los telediarios y todos esos programas de TV que los hipócritas confiesan que “jamás han visto”… Soy realmente aburrida. Soy una chica que ha tenido toda su vida vacaciones en el mar, comida en la nevera, gente a su disposición, colegio donde perder el tiempo, universidad donde dormir, bibliotecas donde sobrepasarme y una TV donde morir. Soy un ser que ha crecido con MTV, que tiene marcas de varicela, que aún conserva su apéndice, que alguna vez ha sido arrastrada por una ola y que tiene un par de cicatrices en las rodillas. He tenido todos y cada uno de mis años de vida un árbol de navidad en mi salón, un Belén debajo, un cena en familia, una radio con música de fiesta a las 12 de la noche, mucho turrón y carne, cuarenta grados el 31 de Diciembre y dos el 1 de Enero, miles de besos y abrazos. Soy una señora de 20 años que se queja por todo, que se alegra por todo, que llora por todo, que se sorprende por todo; que siempre tiene sueño y que es extremadamente cursi. Soy una chica que lleva 20 años con la misma almohada y que jamás, jamás ha ido al colegio si llovía.
Y soy una niña de 22 años que sigue pidiendo regalos de Navidad porque realmente los necesito. Soy una soñadora. Y todos vosotros también. Feliz Navidad.”
   

jueves, diciembre 16, 2010

La etapa de mi vida en la que soñaba con el unicornio



El otro día la señora que duerme en el portal profundo me contó el siguiente sueño, al que pondré nombres imaginarios para no hacer alusiones a la realidad y todo parezca mucho más mágico y esotérico: 
"Estábamos en la casa de Morón, y de repente venía Margot con su hijo P.V. Lo rarísimo en todo esto es que P.V. era enano. Yo no lo veía desde hace más de 20 años y creía que había crecido, así que miré a Margot sin poder disimular y ella, consciente de mi gesto, respondió sin que yo soltara palabra: “sí, se quedó así”."
Pensé, cuando me lo contó, que era un sueño extraordinario y una de las cosas más graciosas del mundo. También pensé en todas las maneras y posturas que lleva encima la gente de hoy en día y que les hace aburridos hasta en sus sueños. Ellos ya no sueñan ni con enanos, leones o unicornios corriendo por la calle. Ellos ni siquiera son capaces de recordar que han soñado. Y qué triste me parece. Me aburro de solo pensarlo.
Así que ahora os contaré otra parte de un sueño pero esta vez mío, pero no lo contaré del todo porque soy muy egoísta e inocente, así que quiero que imposiblemente se cumpla, aunque sea en sueños otra vez: 
"Me escondí en un garage que estaba en un sótano de un barrio tipicamente americano, y la puerta quedó abierta. Yo estaba detrás de un Mustang. Como era un sueño, también podía ver que pasaba en la perspectiva calle: un hermoso unicornio blanco venía corriendo, fue por eso que me escondí. Cuando llegó al garage, giró la esquina de la casa americana y a la vez, se iba convirtiendo en un toro. Todo ocurría a cámara lenta. Como yo no tenía escapatoria, cerré los ojos. Cuando los volví a abrir, estaba en la biblioteca más grande del mundo, más de siete pisos de libros antiguos y llenos de polvo... FIN." 


viernes, diciembre 10, 2010

La historia de la chica con cara de Rita, la dulce y amarga Rita


"Rita dice que no puede soportarlo. Se pregunta porque le llaman constantemente de aquel sitio tan feo e inhóspito, no es capaz de entender.
Rita siempre va. 
Rita también se pregunta porqué ha dado su vida a pensamientos que se han llevado parte de su corazón. Nadie tiene respuesta.
Rita me preguntó un día sobre aquel país que le narré en una historieta inventada. No fui capaz de decirle la verdad.
Rita sigue preguntándose porque ha dado su vida a gente que no aguanta.
Pero Rita no tiene miedo a caer, ella se enfrenta sin más.
Rita siempre vuelve.
Rita sembró la duda en mi cabeza sobre si de verdad podré llegar al mar al que lleva este río. No entiendo muy bien a que se refiere.
Rita prometió darme una respuesta pero sinceramente no creo que en ella no haya más que honestidad, así que no pretendo nada más. 
Rita vivió varios momentos endemoniados.
Rita vivió el amor de la soledad.
Rita creyó en la resurrección.
Rita no tiene miedo a caer, ella se enfrenta sin más.
Rita creyó en los momentos en que todo queda establecido.
Rita cree en que eso no se puede explicar.
Oh, dulce Rita, ¿a qué mar crees que perteneces? ¿piensas que no hay tierra firme? 
Rita se marea en los largos viajes, pero hace como si no pasara nada. Lo aguanta porque quiere llegar a la respuesta del destino.
Rita aún se acuerda del día que nos conocimos, dice que le conté mi infancia en verso.
También se acuerda de cuando se fue de casa después de tantos años.
Rita me enseñó aquel estribillo de su canción.
Rita sabe que necesita paciencia.
Rita me enseñó que la suerte es un arte. 


Cuando se le preguntaron por qué la llamó "Rita", respondió: "Pues, ella me pareció ser una Rita".

*Apuntes por si queréis "tocar a Rita"




domingo, diciembre 05, 2010

Mi amiga y reina Kate fue bastante cruel pero quiero verle

*Escalera en Budapest, por María García Cabeza 

“La niña se enfrenta al camino como una mujer,
su chico la aguanta bajo la lluvia,
baila con ella mientras las gotas caen.

 Se quedó con él desde el principio porque es bueno, porque lo hace bien. Pero está más que claro que deben dejarlo. Ella se irá, se irá por dónde vino porque es la única salida, y tú te quedarás en las montañas porque es la puerta de tu casa, de tu alma y de tu destino. Se quedaría aquí si no tuviera tanto miedo al frío y a los ojos, es evidente que no se atreve. Desde el principio ha aguantado como una señora.  Pensó que esto no estaba en su destino, pensó que romperías aquel muro de pintura vieja y sin color que tanto le molestaba, pensó que aquel corazón que arrojaste en la barra del bar lo habías dejado latir en sus manos. Quizás fue así, pero ella no encaja aquí. Sabes dónde quiere estar pero no te importa. La maldición no conseguirá ser más vil porque aun la lleva aquí y lo peor de todo es que no puede quedarse. Ninguno de los dos siente dolor porque no lo hay, y en aquel patio interior con escaleras de caracol la luz tenue atravesó las gotas, el pelo y el silencio de la nieve, todo golpeó el alma y el corazón de los cobardes y les hizo una coraza de mármol y compasión. Finalmente se dio cuenta que es como el resto, y que el pelo de esa coleta acabará por caerse a los treinta y dos años. Llovió desde el primer día, todas y cada una de las noches de soledad que pasasteis. Y su amiga y reina Kate le enseñó en aquel roñoso bus de mediodía que la canción que puso de fondo era una mentira. Fue bastante cruel pero tiene ganas de verle. Ella cree que han aguantado bien. Volverá pero no a las montañas, regresará a la ruta de lo escondido.  Cuando te vuelva a ver hará que jamás le hayas visto llorar. Te pedirá que por favor no le recuerdes como aquel día, que te olvides de su suciedad y hambruna, que te olvides de tu mundo.  Volverá a ser la tipa que canta sola bajo la lluvia, intentando quitarse la maldición, que odia las montañas y que sin embargo, no puede vivir sin nieve. Hoy es la última noche bajo la lluvia”



jueves, diciembre 02, 2010

Las tres historias de una misma canción como las de Nick Cave



Acuérdate de mí pero sobre todo acuérdate de ti

Es Domingo por la mañana y escucho una canción de Viernes por la noche, triste y melancólica. Ayer Nina Simone me  llamó a gritos desde una venta del edificio de enfrente, desesperada, cualquiera podía intuir la exasperación de su voz. Por eso me asomé a la estropeada ventana y le dije: Ey Nina, ¿qué pasa? Entonces me cantó su canción de más y más vida. Me dijo que era una estúpida por creer en las reglas y las normas, que todo era un invento de esos personajes que se creen por encima del bien y del mal, que todo es una farsa de los creadores de la falsa moral, de la virtud, del alma y del espíritu, todos unos cansados. También me dijo que cuando me canse de todos mis padres y madres iré a verle, que cuando los payasos del circo de la noche no les quede más que pintura buscaré el color sincero, el color puro, las cromo-tormentas.

...

En tu mente chica esta la historia de Nina Simone, esa historia que tú misma inventaste. Creíste en la paradoja de la moral que el mundo inventó para ti, creíste en el aire azul que te predicaron los payasos del circo de la virtud. En tu mente esta esa canción de amor que enseña corazón por corazón, lágrima por lágrima, grieta por grieta. Entendiste a los que te dijeron que eso es el mal y eso es el bien, te olvidaste de camellos, leones y tigres. Te pusiste un vestido azul y saliste a caminar sin pensar en todo el cuadro que había delante de tus ojos. Pero te fuiste a donde todos ellos te afinaban el camino para convencerte del dolor del mundo y de las almas, y tú caes ante el dominio de sus voces y las rotas almas de plástico. ¿No volverás a casa cuando te percates de todo eso?  Allí donde el viento te susurra lo que debes hacer. Aquel tío rubio que te predico amor ahora saluda desde el medio país sin acordarse de la melena de su chica, de su vida y de su olvido.  Y tú y tu mente están dispuestas a no hablar, a no sentir, a entregarse el olvido porque todo eso ya ha sido demasiado, ¿no es así? Y cuando pase lo siguiente y lo que viene detrás, el mundo destruirá "tu vida por los demás" poniéndote delante tu espejo, el espejo que tú no has puesto delante de tus ojos. 

...

“La señora de veinte años está sentada en su habitación que es la tumba de la brillante melena de su cabeza, no se atreve a salir a la calle por miedo a ser como los demás mientras toda esa gente se amontona en sus cuatro metros cuadrados. Cree que saliendo de allí se romperá, rasgará y doblará todos los huesos y pieles que cubren las almas que forman su ser. ¿Tienes miedo al aire, Jane?  Entonces a lo que te dedicas es a adornar las estrellas, lunas y soles que cubren tu suficiente mundo de magia, tu agotable sentido de la poesía. Un día te atreviste a decir que ya me pasaría y que ya me tocaría. ¿Crees que te seguiré? Tus machaques y magulladuras ya empiezan a verse en tu perfecto rostro sin cicatrices de verdad. Eres la señora de los veinte años que tiene miedo a la sinceridad. Tu virtud y tus escalas te las has inventado y persigues el amanecer de la honestidad que pretendes proclamar. ¿No es demasiado tarde Jane? ¿Sigues creyendo que te seguiré? Estoy segura que no tienes intención de mirar a los cuerpos de tu habitación y que ninguno de ellos se ha puesto debajo de tu piel, ni siquiera las canciones por las que tanto mueres.  Sigues quemada por tu venganza y por las rubias que no están a tu altura y que jamás sabrán quien eres sino te necesitan para probar tu corazón. Pero no te preocupes, siempre puedes volver a junto de él cuando quieras, siempre tendrás tu precoz vejez a tu disposición. Y no te olvides del aire Jane, la oscuridad habita allí fuera y es posible que algún día la luz de tu habitación acabe por fundirse.”

*Lo de Nick Cave es porque esta sonando de fondo en mi BSO particular, pero cualquier símbolo personal en forma de canción es aplicable. En ElcuentodeSophie nunca se impone nada


jueves, noviembre 25, 2010

Mientras pensaba en John y su pelo hice el discurso del alma ansiosa

Echarás de menos el olor de la rutina, recordarás cada entresijo de tu casa, de tus manos y de tu alma. Pedirás a gritos que vuelva el dolor de lo monótono, no podrás soportar la falta de comodidad, de suavidad, de descanso, de luz tenue… Tendrás pena en cada uno de tus momentos futuros, pena por lo que no tienes y por lo que pudo ser, no podrás envejecer sin la pesada carga de lo vivido y soñado.  Deseas con todos tus huesos aquel dolor marchito del estancamiento, añoras tu hondo pozo de oscuridad y serenidad absurda dónde sólo tú encontrabas paz. Te mueres por la costumbre. Ansiedad por la última fruta de la cesta. Cada trocito de tu ingrata alma desea encontrar la seguridad en dónde no puedes encontrar nada más, necesitas esa única oferta de responsabilidad, de estabilidad. No puedes aspirar a una desconfianza nueva porque la tuya ya está asentada como eterna y segura: un truco del destino.  Tu espíritu se ha ido en forma de recuerdo de aquella persona que sabía copiar sutilmente los retales de la magia, que miraba con desdén a los demás. ¿Cómo te sientes al extrañar lo que tanto renegaste? Todo eso no me importa ni le importa a nadie. Has pasado por el camino de los sin alientos, pero tú te sigues aferrando a los respiros que tomas a cada paso.
Escribí una carta de enfado aquel día del disgusto anunciado. Fue en día aburrido de Julio. No sé porque creí aquella cosa, no sé porque me aferre a ello. La cuestión es que en mi Moleskine aparecen líneas realmente llenas de angustia y rabia. Pero eso ya no existe. Un día os enseñaré la carta y os diré la verdad de todo esto. Pero ese día no es hoy. Quizás no lo sea mañana, ni pasado. Hasta es posible que nunca llegue a ser, que esa carta nunca haya existido y que lo único de verdad en todo este cuento sea mi fantasía en forma de relatos. Soy una especie de aquel Octavio Paz que tanto repito, una especie de adjetivo exagerado de mi nombre: La sombra que arrojan mis palabras o la sombra donde Sophie se esconde.

domingo, noviembre 21, 2010

El de cómo Jeff Tweedy incita a una espiral de experiencia


"Estaba escuchando al Sr. Tweedy cuando a Marie Anne le vino a la cabeza una idea: Quería vivir una experiencia. Había escuchado hablar de ellas y empezó a creerlas. Tenía desde hace largo tiempo dependencia de las modas y los trapos sucios de la sociedad, cosa que detestaba y adoraba a la vez. Creo que es un poco como todos. Se fue a Memphis, Tennessee a buscar suerte en eso de la experiencia, que no acababa de entender del todo el significado que alcanzaba en su mente y en su corazón, pero en esa misma incertidumbre estaba el motor de todo esto.  Marie Anne sabía que su vida era un eco, le quito el valor a los jóvenes idiotas que se sirven de la desconfianza de los demás, no fue amable con ellos. Pero al igual que Bob, lo hizo porque mintió, porque ellos también le mintieron a su espíritu y no les importo la distancia del engaño  porque se aferraron a su debilidad para ello. Ella no era lo que ellos querían ni necesitaban. A menudo la gente le decía a Marie Anne: eres protectora y defensora de lo que a ti te gusta, te recordaremos siempre. Ella detestaba toda esa estupidez. Sabía perfectamente que todo eso es mentira y fruto de la superficie brillante de las cosas. ¿Qué pasa cuando uno mismo se da cuenta de su falsedad? En ocasiones no importa lo más mínimo, otras veces agrada y endulza hasta lo más amargo de probar. Pero Marie Anne no se soportaba, no tenía ni pena ni gloria, así que ante ello decidió partir. Esa no era ella, no, no. Así que abrió sus alas.  ¿Qué buscaba la gente en Marie Anne? ¿Qué había que admirar? ¿Qué buscaba ella? ¿Kilómetros, distancia, olvido? No se percató que su transporte eran sus huesos y músculos, y que aquella experiencia cambia-vidas que buscaba no llega a nada basándose en rutas y caminos. Marie Anne en realidad buscaba la verdad, y mientras recorría carreteras se iba dando cuenta de ello. Así que a esto le llamaremos espiral de la experiencia, porque en el mismo camino recorrido hacia ninguna parte, Marie Anne encontró su propia respuesta en forma de incógnita y hundimiento hacia más incertidumbre: el susurro del camino no le hace cambiar, la experiencia debe ser mental."
 
"Is never too late to turn back and fix things" (Nunca es tarde para volver atrás y arreglar las cosas) MR. TWEEDY

jueves, noviembre 18, 2010

Patricia Quinn y su teoría de la relatividad

"Patricia Quinn se preguntaba a menudo por los pensamientos y su valor. Le pasaba algo muy extraño que intentó remediar desde que se percató de ello, pero jamás pudo lograrlo. Había algo y todo eso iba de escalas: escalas de dolor y placer, de verdad y de mentira, de especialidad y normalidad. Patricia Quinn solía creer que en el mismo instante en que una idea aparece en su cabeza, en el momento en que la luz se enciende en su mente, todo aquello que se despierta y entra en forma de "pensamiento" pierde casi completamente su magia. Es como si aquel mundo que Platón predicó existiera y de forma totalmente autónoma. Ella no podía controlarlo. Teniendo en cuenta que Quinn era una chica con gran imaginación y destreza solía vivir en una constante espiral de frustración. No sé que fue de ella ni dónde está... Desapareció el día que aquel camarero se olvidó de su cena. El pensamiento que Patricia Quinn tenía nacía de su inteligencia intuitiva y que de forma consecuente a su naturaleza estaba cargado de altísimas dosis de sentimiento. Menuda pérdida de mundo el de Quinn, pensaban los doctos. La decepción a la que se sometía era constante. Ese pensamiento que curiosamente se habría demacrado a medida que su estado consciente avanzase, es a su vez, el más estable y constante que tenía. No creo que se haya rendido, pero ya ha pasado mucho tiempo. Siempre fue curioso cómo Patricia Quinn resolvía este conflicto, confiaba tan sólo en una cosa: el Universo. ¿Por que? Porque dejaba en manos de lo relativo su destino. Confía que todas sus fuerzas, en este caso sus pensamientos, lleguen a un punto donde no avancen más o menos rápido y donde todos caminen juntos para que lo único que pueda llevarlos a sus respectivos destinos de forma muy muy caprichosa, sea el tiempo. No sé que fue de ella ni dónde está, pero no creo que se haya rendido "
*Tertulia de filósofos, por María García Cabeza 
 *Patricia Quinn el último día que le vi




martes, noviembre 16, 2010

Llevo dos días con un abrigo de leopardo puesto

“ Llevo dos días con un abrigo de leopardo puesto. Esto es a lo único que me aferro últimamente. Cuando tenía 8 años aproximadamente, tuve algo similar a una gastroenteritis bastante espantosa, sobre todo para mí que era la enferma. Cuando me estaba recuperando, Susi, la amiga de mis “papás” me llamó por teléfono y me dijo: “Tengo un regalo para ti. Un gato”. Lo primero que pensé fue que si era un gato blanco, lo odiaría (todos sabemos que los gatos blancos son extraños). Por cordialidad más bien no me negué a ese tipo de agasajo: un ser vivo. Un par de días después sucedió. Yo llevaba puesto un pijama de Mickey Mouse a rayas naranjas. La puerta del patio se abrió, era de cristal pero difuminado, así que no pude ver al felino acercarse.  Susi apareció tras un brusco deslizamiento y llevaba en brazos a aquella cosa, el gato. No era blanco, ni mucho menos: negro y gris, a rayas como un tigre. Me quede impactada. Llegué a tener dieciséis gatos durante mi infancia* pero ninguno era como él. Recuerdo como nos miramos sin mediar palabra, y el resto ya es sabido. Primero le llame Elio, pero no le gustó ese nombre. Luego Octavio, pero sonaba más que anticuado. Llevó ese seudónimo durante largo tiempo,  mi  padre hasta le hizo un cajón-cama con su nombre pintado en color violeta. Pero seguía todo sin cuadrar. Finalmente, la idea de “Po” gustaba pero no era del todo especial y adecuada. Todo se encamino hacia la genialidad: el tratamiento de Sr. fue lógico y consecuente de su naturaleza, de su andar de pantera, su nariz ancha y su dominio frente a las otras gatas. Así conocí al Sr. Po.

Quizás me he comprado este abrigo por el Sr.Po, o por simple capricho. La cuestión es que todos estos barcos llegaron a mi puerto.  Lo llevo puesto con el pijama por debajo porque soy una neurótica y me pregunto si los felinos cambian o no las vidas, para siempre, por un par de horas, minutos o segundos. La cuestión es que algo cambie una vida. Creo firmemente que la falta de significado en las cosas hace que las personas creen su propio sentido. Olvidaré lo de los felinos, vosotros utilizaréis vuestra propia metáfora. Todo va de recuerdos y las  imágenes que tenemos de ellos. Los míos son en blanco y negro y anticuados y espero que la gente los adorne como yo. Constantemente en cambio, constantemente me cambian. En realidad ni sabemos qué es lo que cambiamos. Todo lo que estuvo en las tinieblas sale a la luz. Y todo lo que está en la luz, estará en las tinieblas.


*Kissy Kissy de The Kills, aunque podría perfectamente llamarse Kitty Kitty





















"Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando." (Miguel de Unamuno)

*Datos correspondientes a un periodo de tiempo determinado (**)
**Sí, dieciséis gatos a la vez.

lunes, noviembre 15, 2010

Mis memorias a los 22

Lo primero que me viene a la cabeza: esto no es una carta de presentación. Tampoco un testimonio. No me importa nada de eso y no pretendo que me digáis nada. Ni que creáis en mí. ¿Quién dijo que esto se trata del ser honesto? Quizás tenga un poco de vuestra voz en mis líneas, pero no las vais a oír como la gritáis. Yo os estoy escuchando desde mi ventana, reconozco cada uno de vuestros sonidos, cada uno de los timbres. Pero no me convertiré en un mártir por mucho que me pese el anillo del destino. Mis palabras son susurros y yo soy la sombra de ellos, Octavio Paz me enseñó bien. Toda la gente que me interesa es la misma a la que escucho, y el resto de personas tienen más influencia en mí que ellos. Es por eso que os digo que no confiéis en mí. La melodía a la que sigo es un intento de creación demasiado improvisada. No soy más que un cuentacuentos que vive una realidad paralela inexistente, que ve vida en todo, que ve abismos en muros de hormigón, que ve chispas en las pupilas grises de la gente, y que cree en la palabra. Ni siquiera puedo hacerlo de la forma anticuada a la que tanto anhelo… mi lado triste lo impide. Demasiado profesional y miserable intento ser.  ¿Será verdad eso de que necesito el sí desde arriba, abajo y todos los lados? No sé porqué pregunto si ya todos sabemos la respuesta.
Os contaré las historias de mis dedos, me las contaré a mí misma. Pero no os puedo prometer nada, ni siquiera esas historias. No os garantizo ninguna verdad. ¿Es acaso eso lo que buscamos? Aquí no encontraréis objetividad más que la de vuestras propias creencias.




*La película de Sophie (12 de Enero de 1988)




Este blog va dedicado a las María's, Laura's y Carmen's del espacio que llegan telepáticamente a mis oídos, las tres voces que cambian vidas.