martes, enero 11, 2011

La canción es la misma que hace diez años,esta vez en Berlín (Segunda Parte)


“Si viene y entra por esa puerta yo me muero…”


La ciudad estaba gris como dice la canción, y no era cosa del momento, era una cuestión de vida y ambiente. Escuche una voz que repetía todo el rato “todo pasa, todo pasa…” Y no estaba segura si era una nueva melodía o el eco de mi voz a los dieciséis. Un cd grabado hace diez años apareció en Berlin, llevaba escrito mi nombre, y la chica del alma brillante tocó para mí. Me dio y me da bastante pena el paso del tiempo, no puedo evitar las lágrimas. Pero luego recuerdo que debo olvidar, que todo depende de seguir adelante.  Me las doy de escritora y a veces me pregunto si juego con la fe, con la tuya, con la mía. A veces pienso, ese pensar vacío, que dónde estará toda esa gente que dejé atrás en todos los países de mis miles de familias. Veo claramente que tiene que haber un camino dónde andar. Y es en ese momento cuando Dolores me dice: Dale, no llores, todo pasa. Y otra vez la nueva o anticuada voz retumba en mi cabeza….
Todos los fantasmas de mi vida están dentro de mi habitación, mi espacio es siempre el mismo este dónde este. Pero yo también estoy dentro de todas esas almas neblinosas y volátiles, y todo brilla locamente con el reflejo de mis gafas. Que ganas de verlos tienen todos en este lugar. Nadie ya los siente contando cuentos.

Todo se termina pero todo vuelve a empezar. Y así continuamente. Hoy creo firmemente en lo que hay delante de mi, en eso que esta establecido, eso que no logro entender ni divisar, eso que muchos critican, eso que pocas veces me importa, que me llena de forma estática, eso que se esta abriendo ante mi gigantescamente en forma de incertidumbre: eso se llama existencia. Y me encargaré yo misma de, como esa misma canción, quemar todas esas piedras de la amargura. Creo que ya sabéis cómo se hace.
*Una chica cualquiera bailando en Berlín

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