jueves, noviembre 22, 2012

Mem - phis - Blues



"Memphis Blues.

Mem - phis - Blues.

Tres sílabas, tres sonidos. Recuerdo perfectamente la noche que le conocí. Que lo escuché por primera vez. Fue como si un balazo atravesase mi corazón y mis entrañas y destruyese todo lo que hasta ahora me mantenía respirando y con los pies hacia abajo. Memphis Blues, el hombre que me devoró con su dolor, que me abofeteó con el mío. Tenía la piel tan curtida por el sol como el cuero que su familia secó durante generaciones enteras al sol de Nebraska. Sus dedos se movían con tal prodigio que todo su físico se volvía hipnotizante, como una droga, sobre todo por la firmeza de su rostro, su inamovible cabeza, sus ojos de amor y ruptura, los ojos de un sufrimiento que nunca había visto. Me recordó a aquel libro que leí una vez, donde decía cómo se siente uno al contemplar delante suyo la pura y estática felicidad de la existencia. Yo contemplaba mi existencia cuando le veía, cuando le escuchaba.

Memphis Blues.

Mem - phis - Blues.

Musicaba la poesía, o poetizaba la música. Poetizaba mi vida. No sé qué es lo que Memphis Blues tenía en sus propósitos. Lo imaginaba cruzando de Este a Oeste en un tren vacío, con su armónica, retorciéndose de dolor, viviendo como un vagabundo de la filosofía y el sufrimiento. Me imaginaba subiéndome a ese tren con él, preguntándole millones de preguntas sobre la vida, rogándole que me enseñe a vivir y a cantar, a entender el dolor, a sufrir con él. Empecé a obsesionarme con su voz y sus versos, y cada noche me develaba pensando en la metafísica de sus heridas, que eran a su vez, sus palabras. Todo era dolor. Todo era placer. Memphis Blues murió de cirrosis, a los 46 años de edad. El día de su muerte fue mi cumpleaños número 21. A partir de ahí, empecé a cumplir de cero. Empecé a vivir de cero. Sin entender el mundo, sin entender la muerte, sin entender el dolor. Sin entender mis reyes o reinas, sus padres o dioses, sin entender porqué Memphis Blues abandonó este planeta y me dejó doblándome en el pasado, sin gloria ni piedad, sin lágrimas, y con el Blues a mis espaldas. Torciéndome en su dolor.

Memphis Blues. 

Mem - 
phis - 
Blues."

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