domingo, abril 10, 2011

La historia de la escalera y el abstracto que me entendió

Era la mañana del 30 de Abril. Un pájaro azul entraba por mi ventana cuando en un instante el tiempo se detuvo y tuve un momento de mi vida para muchas cosas. Atravesé el pasillo que separa el lago de los derrotados y la montaña blanca, y tomé camino hacia aquella escalera que logré divisar desde la lejanía. Era una escalera enorme, con miles de escalones de una gruesa y agrietada madera llena de húmedos recuerdos. Del otro lado había una infinita y escuálida columna de liso roble sosteniendo cientos de pasos aplastados, que alguna vez fueron mágicos árboles llenos de vida; y parecía que todo se movía, que todo era tremendamente frágil, pero nada hacía caer aquella cosa. Yo sabía todo eso, pero no tengo ni idea de qué dejé atrás. Empecé a escalar con mis uñas, dedos y rodillas, pues como sabrás, soy tremendamente pequeña. Quise contar los saltos que tardaría pero mis ojos me lo impidieron, sólo podría mirar hacia arriba. Creo que nada pasó, pues no conocía el tiempo en aquel momento de mi vida para muchas cosas. Enseguida llegué. Mi corazón sintió que fue fugaz, y mi tiempo se midió en gotas. Llegué a la cima y me senté. Fue el único momento en el que pude mirar hacia abajo: una montaña de antiguos libros alineados y apilados a la perfección eran mi silla, mi enorme y alta silla. La escalera se había ido, todo era naranja, y supongo que todo esto es una especie de sueño, pero eso sucedió un 30 de Abril de mi existencia. Allí me quedé hasta que abrí los ojos al sol.

Creo que algo se detiene cada vez que recuerdo aquella fecha. El tiempo decidió por mi y yo me puse a contemplar mi vida. Lo vi todo desde allí: mis canciones, mis almohadas, mis aeropuertos y voces, mis almas… Fue uno de esos momentos en los que todo queda establecido,como ya me había pasado tantas veces, cuando no se puede decir qué ni cómo. Cuando el tiempo volvió a mi vida el pájaro azul entró finalmente en mi habitación, me invitó a tomar un té, y me dijo un secreto al oído: “El pájaro azul vuela alto sobre el negro mar”. 
Eso sucedió un 30 de Abril.

Los dibujos son de mi colega y artista Juan, quien increíblemente, ha entendido mi historia y la ha hecho suya en unos dibujos. 
A él, infinitas gracias. 

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